La participación de nuestra Hermandad en la exposición celebrada en la Santa Iglesia Catedral en fechas pasadas, ha hecho que las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Silencio y del Santísimo Cristo del Amor hayan protagonizado sendas procesiones de traslado hasta el primer templo de la diócesis y vuelta a nuestra sede canónica.
El pasado sábado 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Cruz, la Hermandad junto con muchos hermanos celebraba Eucaristía de inicio de curso de un modo histórico, ante los pasos procesionales del Señor del Silencio y del Cristo del Amor. La misa, presidida por nuestro Consiliario Iltmo. Sr. D. Antonio Murillo Torralbo, fue un canto al perdón tal y como marca la liturgia del día.
A la hora de las vísperas, el templo de Jesús Divino Obrero, abría sus puertas para que saliera el cortejo de la cofradía. La imponente Cruz de Guía abría paso solemne a los hermanos que con cera acompañaron a las Sagradas Imágenes. La primera novedad fue el estreno de los cuerpos de acólitos completos de cada paso compuestos por cuatro ciriales, dos incensarios y un pertiguero. La ropa de los acólitos también era estreno gracias a la generosidad de varios hermanos que han confeccionado las túnicas negras, encabezados por N.H. Pilar Mata. De igual manera, ADEVIDA nos ha donado los roquetes blancos y los dos sobrepellices españoles de ambos pertigueros. Los ciriales, antiguos varales de María Santísima de la Encarnación obra del orfebre sevillano Juan Fernández de 1980, han sido restaurados y adaptados para cumplir su nueva función por el orfebre cordobés Manuel Aguilera, quien también ha realizado dos nuevas pértigas de orfebrería para ello. Los niños de canastilla presentaron unos roquetes cedidos para la ocasión por la cofradía de Jesús Nazareno a la que agradecemos profundamente el préstamo. Por su parte, el paso de Nuestro Padre Jesús del Silencio estrenaba el dorado de dos cartelas pequeñas junto a la central de la canastilla, obra de la doradora gaditana Felisa García. El paso lucía un exorno floral inédito, a base de flores variadas blancas con algún toque de violeta, realizado con mucha maestría por la floristería cordobesa Pinsapo. El contrapunto musical lo ponía un trío de viento que fue interpretando motetes sacros.
Detrás del Señor se abría el cortejo del Cristo del Amor, con sus hermanos perfectamente dispuestos y a los que cerraba el Estandarte de la cofradía. Detrás la Presidencia corporativa formada por el Consiliario, la Hermana Mayor y miembros nombrados por la Junta de Gobierno. El trío de viento que acompañó al paso del Cristo antecedía al nuevo cuerpo de acólitos que también era estreno. La imagen del Cristo del Amor se presentó sobre su paso procesional sin sus cantoneras de orfebrería, con el Títulus Crucis antiguo hecho en madera por los Hermanos Higuera y con el juego de potencias de los años cincuenta. El exorno floral que lucía el paso también era novedoso y estuvo compuesto a base de corcho natural y rosas componiendo un calvario de estética antigua.
La Hermandad cumplió rigurosamente los horarios puestos por la Agrupación de Cofradías, paró sus pasos ante el Señor Obispo que presidía el palco de Autoridades en la Plaza Vallinas y depositó con toda dignidad a sus Titulares en el lugar indicado por la Comisaria de la Exposición.
Durante los días que ha durado la muestra catedralicia, muchas han sido las visitas de herman@s y devot@s de nuestras Sagradas Imágenes al primer templo de la ciudad para venerarlas en aquel marco incomparable. Igualmente, muchas han sido las muestras de interés por nuestros Titulares por parte del público en general. La priostía de la cofradía dispuso dos jornadas para recomponer y renovar el exorno floral de ambos pasos, con idea de que la ofrenda floral estuviese en perfecto estado durante la exposición.
El domingo 22 a las 17.50 h salía el cortejo de la Hermandad desde el interior de la Catedral para regresar a nuestra sede canónica. Los hermanos que participaban, citados con anterioridad, estaban formados en las naves de la Catedral con tiempo según se había dispuesto. Con la misma solemnidad anduvo el cortejo y los pasos procesionales del Señor del Silencio y del Cristo del Amor al mando de sus capataces y cuadrillas de costaler@s. Pasado el Puente Romano, el barrio esperaba con júbilo la llegada de la cofradía que a paso racheao caminó agrupada en todo momento. Con la puntualidad que nos caracteriza la Hermandad llegó a Jesús Divino Obrero donde quedó recogida cumpliendo de este modo con nuestro Obispo D. Demetrio que nos animó a la participación en esta magna exposición. Quieran nuestros Sagrados Titulares que sea una nueva ocasión para poder evangelizar un mundo que esconde a Cristo en el rincón del olvido.
LAUS DEO.
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