viernes, 13 de mayo de 2016

EL TEMPLO DE JESÚS DIVINO OBRERO CELEBRA 60 AÑOS DE SU CONSAGRACIÓN

Hoy 13 de mayo, en que la Iglesia celebra la festividad de Nuestra Señora de Fátima, nuestra iglesia de Jesús Divino Obrero conmemora los sesenta años en que se consagró como templo cristiano para la diócesis de Córdoba. El antecedente de esta iglesia será la pequeña capilla de San José Obrero en que se fundó nuestra cofradía del Amor en 1955. 

El templo sigue el diseño y trazas del arquitecto diocesano D. Carlos Sáez de Santamaría, quien proyectó la hechura de la iglesia dentro de la tercera fase de construcción de viviendas protegidas de la barriada de Fray Albino. 

El Instituto Nacional de la Vivienda aprobó los planos en 1951. En el transcurso de la visita que efectuó el Nuncio de su Santidad a Córdoba el 20 de febrero de 1955, Monseñor Antoniutti junto a Fray Albino, bendijo solemnemente los terrenos donde comenzó a edificarse la nueva parroquia de Jesús Divino Obrero. El acto, donde se dieron cita las primeras dignidades civiles y militares de la ciudad, culminó con la colocación de la primera piedra que fue el punto de partida de la construcción. Su bendición y consagración al culto cristiano se fijó para el día 13 de mayo de 1956, festividad litúrgica de Nuestra Señora de Fátima, siendo presidida por el Nuncio de Su Santidad en España, Monseñor Ildebrando Antoniutti, que estuvo asistido en el pontifical por el Obispo Fray Albino y por el Cabildo de la Catedral. En los días previos a la consagración de la iglesia, la humilde Capilla de Jesús Obrero se despojó de sus pertenencias para trasladarlas al nuevo templo parroquial. El Sagrario de orfebrería, la bendita imagen del Santísimo Cristo del Amor con la Virgen y San Juan, los ornamentos y ropa litúrgica, fueron depositados en el nuevo espacio.


La iglesia de Jesús Divino Obrero, inscrita dentro del concepto de arquitectura religiosa, presenta un claro lenguaje neorrenacentista. De planta basilical con tres naves, destaca por su elegancia, sobriedad y monumentalidad. El edificio, por las diferencias de terreno donde se asienta, se alza sobre un zócalo de granito, articulándose en distintos volúmenes. El insistente predominio de la línea recta proporciona solidez al conjunto. Con un recorrido axial, propio de las basílicas, llegamos a la cabecera interior del templo donde se encuentra el Altar Mayor que se alza sobre dos cuerpos de escalones. Dos grandes pilastras con arco de medio punto abren el ábside semicircular cubierto con cúpula en cuarto de esfera acasetonada en cuyo centro se integra el escudo de armas del obispo Fray Albino, y que recuerda a los antiguos arcos de triunfo romanos, elemento distintivo de las basílicas paleocristinas. En el Presbiterio encontramos un gran retablo pictórico, contratado con el arquitecto cordobés D. José Rebollo en 1996, siendo párroco D. Antonio Murillo. Se trata de un óleo sobre tabla de estética art nouveau, donde vemos dos escenas, la inferior donde están los doce apóstoles con sus atributos, y la superior donde la imagen central es la Virgen con el niño en un trono, escoltada por los cuatro evangelistas representados con sus símbolos. Este retablo se apoya sobre una antigua mesa de altar, procedente del obispado, que hace las veces de banco. Fue bendecido el 24 de septiembre de 1997.
Desde la bendición del templo, se instaló en la parroquia un Centro de Hombres de Acción Católica, la Cáritas Parroquial y un grupo de Adoración Nocturna, además de la cofradía del Amor que ya llevaba un año de andadura. La antigua capilla de Jesús Obrero quedó como Dispensario donde se atendían a muchas personas entre pobres y enfermos, invirtiéndose grandes cantidades en medicamentos y alimentos. Muy floreciente ha sido y sigue siendo la vida parroquial de Jesús Divino Obrero, un templo que situado en el Cerro del Campo de la Verdad, es la piedra angular que aglutina la fe y espiritualidad de toda la barriada. La parroquia celebra desde hace años viene celebrando su aniversario de consagración con una Eucaristía en acción de gracias a la que sigue una procesión con la imagen de la Virgen de Fátima, donada por D. Francisco Vázquez Vacas, para que la feligresía sea partícipe de esta jubilosa fecha. Laus Deo.

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