martes, 21 de junio de 2022

LA COFRADÍA PRESENTE EN EL CORPUS DE LA PARROQUIA

          El pasado sábado 18 de junio, víspera de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, celebró nuestra Parroquia de Jesús Divino Obrero su fiesta del Corpus Christi. La Eucaristía, acolitada por miembros de la cofradía, fue presidida por el párroco y consiliario Iltmo. Sr. D. Antonio Murillo Torralbo. La primera lectura y salmo fueron leídas por la Hermana Mayor, N.H. Rocío Arranz y por el Secretario, N.H. Juan Carlos Jiménez.

          Terminada la Eucaristía, N.H. Antonio Santiago Moreno, procedió a nombrar los cargos que integraban el cortejo procesional que precedía la parhiuela del Santísimo Sacramento. Abrió la procesión la Cruz parroquial vestida con la manguilla blanca preceptiva del color litúrgico del día. Seguían los fieles repartidos en dos filas tras la que se colocó la bandera de la Adoración nocturna. A continuación figuró una representación de la cofradía después los acólitos y, finalmente, el palio de respeto y el paso con la antigua custodia de la Parroquia con el Santísimo. Cerraba la procesión eucarística el preste en la persona de D. Antonio Murillo.

          En la calle recibió la procesión la banda de música del Cristo del Amor que interpretó el himno nacional a la salida. En la plaza la priostía de la cofradía, encabezada por N.H. Antonio Romero acompañado de otros hermanos del Grupo Joven, levantó un hermoso altar en honor a S.D.M. con la imagen de la Virgen de Fátima, donada a la Parroquia por N.H. Francisco Vázquez Vacas (q.e.p.d).

          La procesión recorrió diversas calles de la feligresía y al llegar al punto conocido popularmente como la torrontera se rezaron unas preces por la ciudad de Córdoba y por nuestra barriada bendiciendo el Santísimo. La banda no paró de interpretar marchas procesionales de carácter eucarístico rezando con la música el paso del Santísimo.

         A la vuelta, el paso del Santísimo quedó por un momento frente al altar portátil de la Virgen de Fátima mientras D. Antonio Murillo incensó el altar. Tras esto, la procesión se recogió en el templo de Jesús Divino Obrero, concluyendo una solemnidad que es el centro de los misterios cristianos.

LAUS DEO.


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