martes, 27 de marzo de 2018

POR LOS NO NACIDOS

Aciprensa ha realizado un articulo sobre el compromiso que mantiene nuestra hermandad con los asociación ADEVIDA por los niños no nacidos. Y con motivo de ella, Mª Stma. De la Encarnación portó en su palio un cirio en conmemoración por aquellos que no han llegado a nacer. El articulo que publica Aciprensa:


La Semana Santa en España se vive especialmente con las procesiones, una antiquísima tradición que en Andalucía es histórica. En ellos se recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en las calles.
Sin embargo, pocos saben que la imagen de la Virgen de la Encarnación de la Hermandad del Cristo del Amor en la ciudad de Córdoba (España) cuenta con una referencia a los niños no nacidos.
Esta imagen de María Santísima de la Encarnación recuerda el momento en que el arcángel San Gabriel anunció la concepción en su vientre del Hijo de Dios, de modo virginal.

“Nuestra Virgen es la de la Encarnación, en donde se encarna el Hijo de Dios. Por eso con mayor motivo que nosotros demos testimonio y apoyemos a la asociación ADEVIDA”, explica a ACI Prensa, Inmaculada Aranda, miembro de la Hermandad del Cristo de Amor,
Aranda también precisa que desde hace unos tres años llevan ese cirio por los no nacidos, “para pedir por todos los que por desgracia, no llegan a nacer”.
La imagen de la Virgen tiene numerosas velas que adornan el paso, pero en concreto esta tiene una imagen de María con el Niño y la inscripción: “Por los no nacidos”.
Además Aranda subraya que miembros de la asociación ADEVIDA salen en la procesión junto a la Virgen el Domingo de Ramos, y desde la Hermandad se colabora con esta asociación que ayuda a mujeres embarazadas y con dificultades con dinero, juguetes y ropa.
La imagen de la Virgen de la Encarnación de Córdoba tiene también la particularidad de que es llevada por una cuadrilla de mujeres costaleras. La primera que hubo en España.  

domingo, 25 de marzo de 2018

MENSAJE DEL SANTO PADRE

Publicamos a continuación el texto del Mensaje que el Santo Padre Francisco envía a las jóvenes y los jóvenes de todo el mundo con motivo de la XXXIII Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en ámbito diocesano el 25 de marzo de 2018, Domingo de Ramos y cuyo tema es «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios» (Lc 1,30).
Mensaje del Santo Padre
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios» (Lc 1,30)
Queridos jóvenes:
La Jornada Mundial de la Juventud de 2018 es un paso más en el proceso de preparación de la Jornada internacional, que tendrá lugar en Panamá en enero de 2019. Esta nueva etapa de nuestra peregrinación cae en el mismo año en que se ha convocado la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Es una buena coincidencia. La atención, la oración y la reflexión de la Iglesia estarán puestas en vosotros, los jóvenes, con el deseo de comprender y, sobre todo, de «acoger» el don precioso que representáis para Dios, para la Iglesia y para el mundo.
Como ya sabéis, hemos elegido a María, la joven de Nazaret, a quien Dios escogió como Madre de su Hijo, para que nos acompañe en este viaje con su ejemplo y su intercesión. Ella camina con nosotros hacia el Sínodo y la JMJ de Panamá. Si el año pasado nos sirvieron de guía las palabras de su canto de alabanza: «El Poderoso ha hecho obras grandes en mí» (Lc 1,49), enseñándonos a hacer memoria del pasado, este año tratamos de escuchar con ella la voz de Dios que infunde valor y da la gracia necesaria para responder a su llamada: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios» (Lc 1,30). Son las palabras pronunciadas por el mensajero de Dios, el arcángel Gabriel, a María, una sencilla jovencita de un pequeño pueblo de Galilea.
1.         No temas
Es comprensible que la repentina aparición del ángel y su misterioso saludo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc1,28) hayan causado una fuerte turbación en María, sorprendida por esta primera revelación de su identidad y de su vocación, desconocida para ella entonces. María, como otros personajes de las Sagradas Escrituras, tiembla ante el misterio de la llamada de Dios, que en un instante la sitúa ante la inmensidad de su propio designio y le hace sentir toda su pequeñez, como una humilde criatura. El ángel, leyendo en lo más profundo de su corazón, le dice: «¡No temas!». Dios también lee en nuestro corazón. Él conoce bien los desafíos que tenemos que afrontar en la vida, especialmente cuando nos encontramos ante las decisiones fundamentales de las que depende lo que seremos y lo que haremos en este mundo. Es la «emoción» que sentimos frente a las decisiones sobre nuestro futuro, nuestro estado de vida, nuestra vocación. En esos momentos nos sentimos turbados y embargados por tantos miedos.
Y vosotros jóvenes, ¿qué miedos tenéis? ¿Qué es lo que más os preocupa en el fondo? En muchos de vosotros existe un miedo de «fondo» que es el de no ser amados, queridos, de no ser aceptados por lo que sois. Hoy en día, muchos jóvenes se sienten obligados a mostrarse distintos de lo que son en realidad, para intentar adecuarse a estándares a menudo artificiales e inalcanzables. Hacen continuos «retoques fotográficos» de su imagen, escondiéndose detrás de máscaras y falsas identidades, hasta casi convertirse ellos mismos en un «fake». Muchos están obsesionados con recibir el mayor número posible de «me gusta». Y este sentido de inadecuación produce muchos temores e incertidumbres. Otros tienen miedo a no ser capaces de encontrar una seguridad afectiva y quedarse solos. Frente a la precariedad del trabajo, muchos tienen miedo a no poder alcanzar una situación profesional satisfactoria, a no ver cumplidos sus sueños. Se trata de temores que están presentes hoy en muchos jóvenes, tanto creyentes como no creyentes. E incluso aquellos que han abrazado el don de la fe y buscan seriamente su vocación tampoco están exentos de temores. Algunos piensan: quizás Dios me pide o me pedirá demasiado; quizás, yendo por el camino que me ha señalado, no seré realmente feliz, o no estaré a la altura de lo que me pide. Otros se preguntan: si sigo el camino que Dios me indica, ¿quién me garantiza que podré llegar hasta el final? ¿Me desanimaré? ¿Perderé el entusiasmo? ¿Seré capaz de perseverar toda mi vida?
En los momentos en que las dudas y los miedos inundan nuestros corazones, resulta imprescindible el discernimiento. Nos permite poner orden en la confusión de nuestros pensamientos y sentimientos, para actuar de una manera justa y prudente. En este proceso, lo primero que hay que hacer para superar los miedos es identificarlos con claridad, para no perder tiempo y energías con fantasmas que no tienen rostro ni consistencia. Por esto, os invito a mirar dentro de vosotros y «dar un nombre» a vuestros miedos. Preguntaos: hoy, en mi situación concreta, ¿qué es lo que me angustia, qué es lo que más temo? ¿Qué es lo que me bloquea y me impide avanzar? ¿Por qué no tengo el valor para tomar las decisiones importantes que debo tomar? No tengáis miedo de mirar con sinceridad vuestros miedos, reconocerlos con realismo y afrontarlos. La Biblia no niega el sentimiento humano del miedo ni sus muchas causas. Abraham tuvo miedo (cf. Gn 12,10s.), Jacob tuvo miedo (cf. Gn 31,31; 32,8), y también Moisés (cf. Ex 2,14; 17,4), Pedro (cf. Mt 26,69ss.) y los Apóstoles (cf. Mc 4,38-40, Mt 26,56). Jesús mismo, aunque en un nivel incomparable, experimentó el temor y la angustia (Mt 26,37, Lc 22,44).
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» (Mc 4,40). Este reproche de Jesús a sus discípulos nos permite comprender cómo el obstáculo para la fe no es con frecuencia la incredulidad sino el miedo. Así, el esfuerzo de discernimiento, una vez identificados los miedos, nos debe ayudar a superarlos abriéndonos a la vida y afrontando con serenidad los desafíos que nos presenta. Para los cristianos, en concreto, el miedo nunca debe tener la última palabra, sino que nos da la ocasión para realizar un acto de fe en Dios… y también en la vida. Esto significa creer en la bondad fundamental de la existencia que Dios nos ha dado, confiar en que él nos lleva a un buen final a través también de las circunstancias y vicisitudes que a menudo son misteriosas para nosotros. Si por el contrario alimentamos el temor, tenderemos a encerrarnos en nosotros mismos, a levantar una barricada para defendernos de todo y de todos, quedando paralizados. ¡Debemos reaccionar! ¡Nunca cerrarnos! En las Sagradas Escrituras encontramos 365 veces la expresión «no temas», con todas sus variaciones. Como si quisiera decir que todos los días del año el Señor nos quiere libres del temor.
El discernimiento se vuelve indispensable cuando se trata de encontrar la propia vocación. La mayoría de las veces no está clara o totalmente evidente, pero se comprende poco a poco. El discernimiento, en este caso, no pretende ser un esfuerzo individual de introspección, con el objetivo de aprender más acerca de nuestros mecanismos internos para fortalecernos y lograr un cierto equilibrio. En ese caso, la persona puede llegar a ser más fuerte, pero permanece cerrada en el horizonte limitado de sus posibilidades y de sus puntos de vista. La vocación, en cambio, es una llamada que viene de arriba y el discernimiento consiste sobre todo en abrirse al Otro que llama. Se necesita entonces el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios que resuena en la conciencia. Él llama a la puerta de nuestro corazón, como lo hizo con María, con ganas de entablar en amistad con nosotros a través de la oración, de hablarnos a través de las Sagradas Escrituras, de ofrecernos su misericordia en el sacramento de la reconciliación, de ser uno con nosotros en la comunión eucarística.
Pero también es importante hablar y dialogar con otros, hermanos y hermanas nuestros en la fe, que tienen más experiencia y nos ayudan a ver mejor y a escoger entre las diversas opciones. El joven Samuel, cuando oyó la voz del Señor, no lo reconoció inmediatamente y por tres veces fue a Elí, el viejo sacerdote, quien al final le sugirió la respuesta correcta que debería dar a la llamada del Señor: «Si te llama de nuevo, di: “Habla Señor, que tu siervo escucha”» (1 S 3,9). Cuando dudéis, sabed que podéis contar con la Iglesia. Sé que hay buenos sacerdotes, consagrados y consagradas, fieles laicos, muchos de ellos jóvenes a su vez, que pueden acompañaros como hermanos y hermanas mayores en la fe; movidos por el Espíritu Santo, os ayudarán a despejar vuestras dudas y a leer el designio de vuestra vocación personal. El «otro» no es únicamente un guía espiritual, sino también el que nos ayuda a abrirnos a todas las riquezas infinitas de la existencia que Dios nos ha dado. Es necesario que dejemos espacio en nuestras ciudades y comunidades para crecer, soñar, mirar nuevos horizontes. Nunca perdáis el gusto de disfrutar del encuentro, de la amistad, el gusto de soñar juntos, de caminar con los demás. Los cristianos auténticos no tienen miedo de abrirse a los demás, compartir su espacio vital transformándolo en espacio de fraternidad. No dejéis, queridos jóvenes, que el resplandor de la juventud se apague en la oscuridad de una habitación cerrada en la que la única ventana para ver el mundo sea el ordenador y el smartphone. Abrid las puertas de vuestra vida. Que vuestro ambiente y vuestro tiempo estén ocupados por personas concretas, relaciones profundas, con las que podáis compartir experiencias auténticas y reales en vuestra vida cotidiana.
2.         María
            «Te he llamado por tu nombre» (Is 43,1). El primer motivo para no tener miedo es precisamente el hecho de que Dios nos llama por nuestro nombre. El ángel, mensajero de Dios, llamó a María por su nombre. Poner nombres es propio de Dios. En la obra de la creación, él llama a la existencia a cada criatura por su nombre. Detrás del nombre hay una identidad, algo que es único en cada cosa, en cada persona, esa íntima esencia que sólo Dios conoce en profundidad. Esta prerrogativa divina fue compartida con el hombre, al cual Dios le concedió que diera nombre a los animales, a los pájaros y también a los propios hijos (Gn 2,19-21; 4,1). Muchas culturas comparten esta profunda visión bíblica, reconociendo en el nombre la revelación del misterio más profundo de una vida, el significado de una existencia.
            Cuando Dios llama por el nombre a una persona, le revela al mismo tiempo su vocación, su proyecto de santidad y de bien, por el que esa persona llegará a ser alguien único y un don para los demás. Y también cuando el Señor quiere ensanchar los horizontes de una existencia, decide dar a la persona a quien llama un nombre nuevo, como hace con Simón, llamándolo «Pedro». De aquí viene la costumbre de asumir un nuevo nombre cuando se entra en una orden religiosa, para indicar una nueva identidad y una nueva misión. La llamada divina, al ser personal y única, requiere que tengamos el valor de desvincularnos de la presión homogeneizadora de los lugares comunes, para que nuestra vida sea de verdad un don original e irrepetible para Dios, para la Iglesia y para los demás.
Queridos jóvenes: Ser llamados por nuestro nombre es, por lo tanto, signo de la gran dignidad que tenemos a los ojos de Dios, de su predilección por nosotros. Y Dios llama a cada uno de vosotros por vuestro nombre. Vosotros sois el «tú» de Dios, preciosos a sus ojos, dignos de estima y amados (cf. Is 43,4). Acoged con alegría este diálogo que Dios os propone, esta llamada que él os dirige llamándoos por vuestro nombre.
3.         Has encontrado gracia ante Dios
El motivo principal por el que María no debe temer es porque ha encontrado gracia ante Dios. La palabra «gracia» nos habla de amor gratuito e inmerecido. Cuánto nos anima saber que no tenemos que conseguir la cercanía y la ayuda de Dios presentando por adelantado un «currículum de excelencia», lleno de méritos y de éxitos. El ángel dice a María que ya ha encontrado gracia ante Dios, no que la conseguirá en el futuro. Y la misma formulación de las palabras del ángel nos da a entender que la gracia divina es continua, no algo pasajero o momentáneo, y por esto nunca faltará. También en el futuro seremos sostenidos siempre por la gracia de Dios, sobre todo en los momentos de prueba y de oscuridad.
La presencia continua de la gracia divina nos anima a abrazar con confianza nuestra vocación, que exige un compromiso de fidelidad que hay que renovar todos los días. De hecho, el camino de la vocación no está libre de cruces: no sólo las dudas iniciales, sino también las frecuentes tentaciones que se encuentran a lo largo del camino. La sensación de no estar a la altura acompaña al discípulo de Cristo hasta el final, pero él sabe que está asistido por la gracia de Dios.
Las palabras del ángel se posan sobre los miedos humanos, disolviéndolos con la fuerza de la buena noticia de la que son portadoras. Nuestra vida no es pura casualidad ni mera lucha por sobrevivir, sino que cada uno de nosotros es una historia amada por Dios. El haber «encontrado gracia ante Dios» significa que el Creador aprecia la belleza única de nuestro ser y tiene un designio extraordinario para nuestra vida. Ser conscientes de esto no resuelve ciertamente todos los problemas y no quita las incertidumbres de la vida, pero tiene el poder de transformarla en profundidad. Lo que el mañana nos deparará, y que no conocemos, no es una amenaza oscura de la que tenemos que sobrevivir, sino que es un tiempo favorable que se nos concede para vivir el carácter único de nuestra vocación personal y compartirlo con nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia y en el mundo.
4.         Valentía en el presente
La fuerza para tener valor en el presente nos viene de la convicción de que la gracia de Dios está con nosotros: valor para llevar adelante lo que Dios nos pide aquí y ahora, en cada ámbito de nuestra vida; valor para abrazar la vocación que Dios nos muestra; valor para vivir nuestra fe sin ocultarla o rebajarla.
Sí, cuando nos abrimos a la gracia de Dios, lo imposible se convierte en realidad. «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31). La gracia de Dios toca el hoy de vuestra vida, os «aferra» así como sois, con todos vuestros miedos y límites, pero también revela los maravillosos planes de Dios. Vosotros, jóvenes, tenéis necesidad de sentir que alguien confía realmente en vosotros. Sabed que el Papa confía en vosotros, que la Iglesia confía en vosotros. Y vosotros, ¡confiad en la Iglesia!
A María, joven, se le confió una tarea importante, precisamente porque era joven. Vosotros, jóvenes, tenéis fuerza, atravesáis una fase de la vida en la que sin duda no faltan las energías. Usad esa fuerza y esas energías para mejorar el mundo, empezando por la realidad más cercana a vosotros. Deseo que en la Iglesia se os confíen responsabilidades importantes, que se tenga la valentía de daros espacio; y vosotros, preparaos para asumir esta responsabilidad.
Os invito a seguir contemplando el amor de María: un amor atento, dinámico, concreto. Un amor lleno de audacia y completamente proyectado hacia el don de sí misma. Una Iglesia repleta de estas cualidades marianas será siempre Iglesia en salida, que va más allá de sus límites y confines para hacer que se derrame la gracia recibida. Si nos dejamos contagiar por el ejemplo de María, viviremos de manera concreta la caridad que nos urge a amar a Dios más allá de todo y de nosotros mismos, a amar a las personas con quienes compartimos la vida diaria. Y también podremos amar a quien nos resulta poco simpático. Es un amor que se convierte en servicio y dedicación, especialmente hacia los más débiles y pobres, que transforma nuestros rostros y nos llena de alegría.
Quisiera terminar con las hermosas palabras de san Bernardo en su famosa homilía sobre el misterio de la Anunciación, palabras que expresan la expectativa de toda la humanidad ante la respuesta de María: «Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta. También nosotros esperamos, Señora, esta palabra de misericordia. Por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida. Esto mismo te pide el mundo todo postrado a tus pies. Oh Virgen, da pronto tu respuesta» (Homilía 4, 8-9: Opera Omnia, Ed. Cisterciense, 4 [1966] 53-54).
Queridos jóvenes: el Señor, la Iglesia, el mundo, esperan también vuestra respuesta a esa llamada única que cada uno recibe en esta vida. A medida que se aproxima la JMJ de Panamá, os invito a prepararos para nuestra cita con la alegría y el entusiasmo de quien quiere ser partícipe de una gran aventura. La JMJ es para los valientes, no para jóvenes que sólo buscan comodidad y que retroceden ante las dificultades. ¿Aceptáis el desafío?
Vaticano, 11 de febrero de 2018,
VI Domingo del Tiempo Ordinario,
Memoria de Nuestra Señora de Lourdes

FRANCISCO

sábado, 24 de marzo de 2018

CAMBIO DE HORARIO

Recordamos a los hermanos que esta noche se cambia el horario, de tal modo que hay una hora menos. A las 2, son las 3. Por ello pedimos que los hermanod esten atentos con motivo de no llegar tarde a la cita del Domingo de Ramos. Sin mas motivo, un saludo en Cristo.

sábado, 17 de marzo de 2018

FRAY RICARDO EN LA INVESTIDURA DE MARIA SANTISIMA DE LA ENCARNACIÓN


En días pasados, tal y como estaba previsto por los Priostes y Camareras de la Hermandad, se procedió a la investidura procesional de María Santísima de la Encarnación. Seleccionada la ropa debidamente, las Camareras prepararon la imagen para que su vestidor, N.H. Antonio Villar, pudiera investir con la ropa de salida a la Santísima Virgen. Al acto tuvo el gusto de acudir el que fuera su primer vestidor, Fray Ricardo de Córdoba, capuchino al que nuestra cofradía tanto le debe. De su mano se incorporarían a la Hermandad las Sagradas Imágenes de la Virgen de la Encarnación en 1980 y de Jesús del Silencio en 1991. También ha tenido la generosidad de diseñar numerosas piezas de la cofradía. Al terminar el acto de investidura, Fray Ricardo dirigió una sentida oración que fue secundada por todos los presentes. Posteriormente, en el Salón de la Hermandad tuvimos oportunidad de recordar numerosos episodios de la cofradía en la que Fray Ricardo participó activamente. Le damos desde aquí las gracias por su visita a la vez que lo encomendamos a nuestros Sagrados Titulares para que lo bendigan. LAUS DEO.



jueves, 15 de marzo de 2018

EUCARISTÍA EN MEMORIA DE DOÑA DOLORES FENOY


Como ya informamos a través de este medio, el pasado lunes 12 de marzo, fallecía en compañía de su familia doña Dolores Fenoy Cuevas, madre de N.H. Joaquín Santiago Fenoy, antiguo Hermano Mayor de esta cofradía. La Real Hermandad del Amor quiere mostrar sus profundas condolencias a toda la familia por la triste pérdida. También, aprovechando el Vía Crucis de los enfermos del Santísimo Cristo del Amor, se aplicará lEucaristía previa de las 19 h. por el eterno descanso de su alma el próximo viernes 16 de marzo en nuestra Parroquia de Jesús Divino Obrero. Elevamos una sentida oración a nuestros Sagrados Titulares por doña Dolores para que goce de la gloria eterna. LAUS DEO. 

miércoles, 14 de marzo de 2018

NOTA DE PÉSAME POR EL FALLECIMIENTO DE DOÑA DOLORES FENOY CUEVAS

El pasado lunes 12 de marzo, recibíamos la triste noticia del fallecimiento de Doña Dolores Fenoy Cuevas, madre de N.H. Joaquín Santiago Fenoy, antiguo Hermano Mayor de esta cofradía y hermano de la misma desde los años sesenta del siglo XX. En compañía de su familia, Doña Dolores regresaba a la Casa del Padre habiendo recibido los Sacramentos pertinentes. Se marchó una buena persona y una mujer cristiana de profundas convicciones. La Real Hermandad del Amor quiere mostrar sus profundas condolencias a toda la familia por la triste pérdida a la vez que ofrece todo el apoyo en estos momentos de dolorElevamos una sentida oración a nuestros Sagrados Titulares por doña Dolores para que goce de la gloria eterna.  LAUS DEO. 

CABILDO GENERAL DE HERMANOS



            Próximos a que se extinga el plazo para poder convocar y celebrar el Cabildo General Ordinario de Hermanos tal y como prescriben nuestras Reglas, la Hermandad solicitó al Delegado de Hermandades y Cofradías un aplazamiento del mismo con idea de hacerlo coincidir con el Extraordinario de Elecciones que tendrá que convocar la Junta Gestora. En días pasados hemos recibido de la Vicaría General el protocolo donde se nos concede lo solicitado. De esta forma, la Hermandad celebrará dicho Cabildo General en la misma fecha que el Extraordinario de Elecciones. LAUS DEO.





viernes, 9 de marzo de 2018

VÍA CRUCIS DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL AMOR.

Anunciamos el cartel informativo del Vía Crucis del Santísimo Cristo del Amor y el recorrido que realizará este 2018.

PEQUECERRO

La Hermandad invita a los hermanos más pequeños de la Cofradía al tercer encuentro del ¨PequeCerro¨ . Para aquellos ¨peque¨ hermanos que sea este su primer encuentro, este consiste en una pequeña convivencia entre las esclavinas, paveros y celadores que se harán cargo de ellos durante esta estación de penitencia. En él realizaremos unas actividades y juegos dirigidos a que los más pequeños pasen un rato agradable y conozcan a sus hermanos del Domingo de Ramos.
Es importante destacar que en dicho encuentro, la Hermandad dará a los niños y a los responsables de los mismos una acreditación personal para una mayor seguridad de cara a la Estación de penitencia del 2018.
El tercer encuentro del ¨PequeCerro¨ tendrá lugar el próximo día, jueves 22 de marzo, en la Casa Hermandad. ¡Os esperamos!

jueves, 8 de marzo de 2018

N.H. INMACULADA ARANDA PREGONA AL COSTALERO




La Hermandad de la Sagrada Cena, que lleva organizando desde hace años el Pregón del Costalero, ha tenido a bien designar como Pregonera de este año a N.H. Inmaculada Aranda. De este modo, la XII edición de este acto será la primera en que una mujer ocupe el atril de la iglesia de la Magdalena.


En un sencillo acto celebrado días pasados en la Capilla de la Hermandad de la Cena, en la Parroquia del Beato Álvaro de Córdoba, ante los Sagrados Titulares, el Hermano Mayor y la Junta de de Gobierno hacía entrega de las tapas del Pregón a N.H. Inmaculada. De este modo, el Consiliario de la cofradía, Rvdo. P. D. Tomás Pajuelo bendecía dichas tapas a la vez que exhortó a la Pregonera a que su palabra fuera mensaje de esperanza para los asistentes. Recogidas las tapas, todo estaba preparado.


El sábado 3 de marzo se daban cita en la antigua iglesia fernandina de la Magdalena, muchos hermanos cofrades de Córdoba, fundamentalmente de las hermandades de la Cena y del Amor. Tras los sones de la Agrupación Musical Nuestro Señor de la Fe, propia de la cofradía de la Cena, N.H. Carlos Herencia presentó a la Pregonera de un modo muy sentido. A continuación, fue N.H. Inmaculada la que ocupó el atril para pronunciar un bello pregón salido del corazón. Siguiendo los misterios del Rosario que se rezan en sábado, Inmaculada fue desgranando sus experiencias cofrades y personales. Varios momentos álgidos tuvo el acto, el primero de ellos cuando N.H. Inmaculada hizo una apuesta por la vida defendiendo a los no nacidos, presentes en el cirio que porta la Virgen de la Encarnación desde hace varios años. El recuerdo sentido y profundo al incidente de violencia de género vivido por ella misma en acto médico en Écija hace varios años y la ausencia de las costaleras de la Encarnación que hacen las chicotás desde el cielo, fueron otros momentos de mucha intensidad que fueron ampliamente aplaudidos.


Con la presencia de representantes del mundo de la cultura de esta ciudad, además del Ayuntamiento de Córdoba, N.H. Inmaculada Aranda hizo levantar a los asistentes cuando terminó a paso mudá su magnífico Pregón y dio la orden del ahí quedó hasta siempre. Que nuestros Sagrados Titulares bendigan a N.H. Inmaculada Aranda. LAUS DEO.





martes, 6 de marzo de 2018

ENRIQUECIMIENTO DE LA CAPILLA DE LA HERMANDAD


            En el marco del programa de mejoras planteado por la Hermandad se encuentra el enriquecimiento de la antigua Capilla del Bautismo que hoy ocupan los Sagrados Titulares de nuestra Hermandad, Jesús del Silencio y María Santísima de la Encarnación. Se trata de una capilla que desde la consagración del nuevo Templo de Jesús Divino Obrero en 1956 fue la del Bautismo al encontrarse en ella la pila bautismal de mármol blanco. Hasta el año 1981 desempeñó esta función sacramental bajo la tutela de la imagen del Sagrado Corazón, hoy en la nave del Sagrario, cercana al Cristo del Amor. Fue en ese año cuando la Capilla fue ocupada por María Santísima de la Encarnación, imagen que se incorporó a la cofradía. En aquella remodelación participó con un generoso donativo nada menos que el Obispo de Córdoba, S.E.R. D. José Antonio Infantes Florido. En noviembre de 1991 se incorporó a la capilla la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio que, junto a la Virgen, reciben a diario las oraciones de sus fieles.

            En el año 1998 N.H. Antonio Romero gestionó con el Museo de Bellas Artes de Córdoba la cesión de un antiguo frontal de altar en madera dorada proveniente del desaparecido hospital de Antón Cabrera. En esos años también se sustituyó el paño de fondo que tenía la capilla por uno nuevo hecho en damasco carmesí y festoneado de galón dorado. En tiempos recientes, hemos enriquecido la Capilla con nuevas piezas como las columnas de terciopelo con molduras doradas, los gallardetes pintados con el escudo de la cofradía, los antiguos lampadarios en plata y el conjunto de exvotos que trajo la imagen del Señor del Silencio. En esta línea, en días pasados hemos colocado en la Capilla una antigua lámpara de metal dorado, que sigue los modelos flamencos del siglo XVI, rematada por un águila bicéfala y un juego de apliques en metal dorado que aportarán luz en las vestiduras de las Sagradas Imágenes. Desde aquí damos las gracias de corazón a los hermanos que han colaborado en las tareas de arreglo y colocación de estas piezas. LAUS DEO.


FIESTA DE REGLA Y BESAPIES EN HONOR AL CRISTO DEL AMOR


          El Domingo 25 de febrero celebró la Hermandad Solemne Fiesta de Regla en honor al Cristo del Amor como marcan las Reglas. La Eucaristía estuvo presidida por nuestro Consiliario Iltmo. Sr. D. Antonio Murillo Torralbo que contó con el apoyo de los miembros del Grupo Joven que acolitaron la misa. Estuvo presente en el acto la vecina Hermandad del Descendimiento a la que agradecemos de corazón su apoyo y cercanía.

            Arrancó la ceremonia con la procesión claustral, cuya marcha abría el Diputado Mayor de Gobierno seguido de los acólitos bien ordenados y cerraba el sacerdote. El Canto de Entrada, que siguió los pasos de la procesión, estuvo a cargo del Coro de la Catedral, que acompañó la celebración con sus bellos cantos. La Diputación de Culto repartió las lecturas, ofrendas y colectas entre los hermanos siendo muy participada. En el ofertorio de la Eucaristía, como viene siendo tradicional, se bendijeron las medallas de los nuevos hermanos que lo solicitaron y se les impusieron. Para ello, el Secretario fue llamando a dichos hermanos para que el Consiliario procediera a dicha imposición.

            Por la tarde la Hermandad celebró el piadoso Besapié en honor al Cristo del Amor, como esta tradicional en la cofradía desde su fundación. Para ello, los Priostes volvieron a levantar un hermoso y cuidado altar que como novedad contó con la presencia de la bendita imagen de la Virgen que forma parte del conjunto iconográfico del Cristo y que procesiona junto a él. Bajo dosel en damasco carmesí con caídas bordadas, se presentó el Cristo del Amor en posición muy cercana a los fieles. Muchos hermanos y devotos participaron de este acto durante toda la tarde que estuvo amenizado por piezas musicales de Tomás Luis de Victoria. LAUS DEO.




QUINARIO AL CRISTO DEL AMOR Y CHARLAS CUARESMALES


            Del 20 al 24 del pasado mes de febrero, la Hermandad ha celebrado Solemne Quinario en honor a la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo del Amor en la Parroquia de Jesús Divino Obrero. A modo de Convocatoria se editó un Cartel digital siguiendo el modelo antiguo que imprimía la cofradía. También se levantó un hermoso altar de cuidado diseño en el presbiterio para entronizar la bendita imagen del Cristo del Amor. Los Priostes  lo han planteado siguiendo los primitivos altares que el Cristo ha tenido a lo largo de su historia. La antigua imagen del Cristo estuvo bajo dosel de damasco carmesí con caídas bordadas en oro. La candelería de culto de madera dorada lucía a los pies de la imagen dando luz de cera al conjunto. La mesa de culto, vestida con encajes y bordados antiguos acogía, además de la cera, los ramos de claveles que en forma de fanal se presentaron sobre las jarras. La Cruz parroquial, vestida con manguilla morada, estrenaba un nuevo medallón bordado con el anagrama del Dulce Nombre de Jesús. El Quinario estuvo acolitado por miembros del Grupo Joven de la Hermandad que sirvieron el altar convenientemente.


            Con la asistencia de un buen número de hermanos y fieles, arrancó el Solemne Quinario cuyo primer día estuvo presidido por el Rvdo. P. Miguel Ángel Vilches, O.P. Superior del Convento de Dominicos de San Agustín de Córdoba.  La Diputación de Culto preparó cuidadosamente la liturgia, repartiendo las lecturas y ofrendas entre los hermanos y escogiendo el sentido de la Cruz como eje temático del culto. El padre Vilches, ofreció un sermón al respecto vinculando la Cruz de Cristo con los sufrimientos de la sociedad. Al finalizar la Eucaristía, tuvimos la oportunidad de seguir escuchando al padre Vilches que nos ofreció en los salones de la Hermandad una sesión de formación donde ahondó sobre el sentido del Amor en el Evangelio.

            El segundo día de Culto estuvo presidido por el Rvdo. P. N.H. Francisco Javier Moreno Pozo, Párroco de San Antonio de Padua de Córdoba, que este año cumple su cincuenta aniversario de hermano en nuestra cofradía. Este día quiso acompañarnos D. Luis Martín, Concejal del Ayuntamiento de Córdoba, lo que le agradecemos de corazón. El tercer día de Quinario volvió a estar presidido por el padre Vilches que implementó su sermón con la posterior charla cuaresmal en el salón de la Hermandad. Finalmente, los últimos días de culto estuvieron presididos por nuestro Consiliario Iltmo. Sr. D. Antonio Murillo Torralbo. LAUS DEO.