“DIOS SE ESCONDE EN LAS SITUACIONES MÁS COMUNES Y CORRIENTES DE NUESTRA VIDA”

 “Dios se esconde en las situaciones más comunes y corrientes de nuestra vida”

En el pasado domingo, comenzamos el tiempo de Adviento. Un tiempo especialmente preparatorio para la Navidad y con el que se inicia un nuevo Año Litúrgico. El término “Adviento” proviene del latín “adventus” que significa “venida”, “llegada”. “En él la Iglesia marca el curso del tiempo con la celebración de los principales acontecimientos de la vida de Jesús y de la historia de la salvación” (Papa Francisco). Es un tiempo de esperanza y de conversión que nos prepara para la llegada del Señor.

Trata de recordar el pasado contemplando el nacimiento de Jesús en Belén, vivir el presente estando vigilantes, en presencia de Jesús y caminando por sus caminos de justicia, paz y amor. Y por último, preparar el futuro, la “Parusía” o Segunda venida de Jesús que traerá la salvación y la vida eterna.

Las claves para prepararnos la llegada de Jesús a nuestro corazón son, en primer lugar, la confesión, es decir, limpiar nuestro interior para “ser fragancia de Cristo” (San Pablo). En segundo lugar, hacer oración para recibir la luz necesaria. En tercer lugar, hacer actos de caridad con el prójimo. Y por último, hacer pequeños sacrificios y ofrecérselos a Jesús.

“En este tiempo de Adviento, pidamos al Señor que nos ayude a mantener encendida en nuestra vida la lámpara de la fe y a estar preparados para recibir su visita, que nos llena de paz y alegría” (Papa Francisco).