PARROQUIA DE JESÚS DIVINO OBRERO
La parroquia
de Jesús Divino Obrero es la sede canónica de nuestra Hermandad desde su
fundación. Consagrada al culto cristiano en 1956, el templo sigue el diseño y
trazas del arquitecto diocesano D. Carlos Sáez de Santamaría, quien proyecta la
hechura de la iglesia dentro de la tercera fase de construcción de viviendas
protegidas de la barriada. El Instituto Nacional de la Vivienda, el 12 de julio
de 1951 aprobaría los planos presentados por dicho arquitecto. En la jubilosa
mañana del 13 de mayo de 1956, festividad de Nuestra Señora de Fátima, se
celebrará la bendición del nuevo templo de Jesús Divino Obrero. El acto fue
presidido por el Nuncio de Su Santidad Monseñor Antoniutti en presencia del
Obispo Fray Albino, el Cabildo de la Catedral, el párroco D. Pelayo González y
los miembros de la Asociación Benéfica La Sagrada Familia.
La iglesia de
Jesús Divino Obrero, inscrita dentro del concepto de arquitectura religiosa,
presenta un claro lenguaje neorrenacentista. De planta basilical con tres
naves, destaca por su elegancia, sobriedad y monumentalidad. El edificio, por
las diferencias de terreno donde se asienta, se alza sobre un zócalo de
granito, articulándose en distintos volúmenes. El insistente predominio de la
línea recta proporciona solidez al conjunto. A los pies del templo está la
fachada con la torre y la portada principal. Se alza a modo de gran rectángulo,
evidenciando los volúmenes prismáticos de la iglesia. Asentada sobre una
escalinata de granito, en esta fachada, la decoración se concentra en la
portada de estilo neobarroco. Compuesta por un hueco adintelado presenta dos
cuerpos, el inferior enmarcado por dos pilastras sustenta un entablamento
formado por un arquitrabe almohadillado y una cornisa con cartela ciega que
forma un frontón roto. A eje con las pilastras aparecen dos pináculos
agallonados.
El
cuerpo superior se abre en una hornacina rematada por un frontón semicircular y
tres pináculos agallonados que descansa sobre un friso saliente a modo de
tejaroz con tres ménsulas. La hornacina cobija una escultura exenta del Titular
de la Parroquia, Jesús Divino Obrero. Se remata la fachada con un frontón
triangular en cuyo tímpano se abre un óculo que se cubre con artística rejería.
Una preciosa cruz de forja campea sobre el frontis, simbolizando la cristiandad
del edificio. La torre del campanario presenta dos cuerpos, el de escalones y
el de campanas. En el cuerpo de escalones encontramos un balconcillo enmarcado
con pilastras y rematado por un frontón roto. Por encima se abre un óculo donde
se integra el reloj. El cuerpo de campanas, rodeado por una balaustrada de
forja, se abre en cuatro arcos donde penden las campanas.
El
interior de la iglesia se articula en un gran espacio rectangular dividido en
tres naves, la central más alta y ancha se cubre con bóveda de cañón con arcos
fajones de medio punto que se apoyan sobre unas pilastras que corren sobre un
entablamento de sencillo friso. La bóveda presenta lunetos procedentes de siete
vanos en arco de medio punto que se cierran con artísticas vidrieras. Las naves
laterales, cubiertas con bóveda de arista, quedan separadas de la central por
siete arcos de medio punto y ocho columnas de granito por cada lado que, sobre
un cimacio, soportan la estructura adintelada sobre la que descansa la cubierta
de la nave central. A los pies del templo localizamos la antigua capilla del
Bautismo, de planta cuadrada se abre en arco de medio punto que se apea sobre
dos columnas de granito y se cubre con bóveda de arista. Se cierra la capilla
con artística rejería de madera. También encontramos un artístico cancel de
madera sobre el que se encuentra el coro alto de la Parroquia, de planta
rectangular y apoyado sobre un gran arco carpanel y en dos columnas. Se
encuentra cercado con balaustrada de madera, dando a la nave central.
Con
un recorrido axial, propio de las basílicas, llegamos a la cabecera interior
del templo donde se encuentra el Altar Mayor que se alza sobre dos cuerpos de
escalones. Dos grandes pilastras con arco de medio punto abren el ábside
semicircular cubierto con cúpula en cuarto de esfera decorada con casetones en
cuyo centro se integra el escudo del obispo Fray Albino. A los lados del ábside
se abren dos entradas rematadas por un frontón roto que albergan cartelas
ciegas y que dan paso a la sacristía. Se completa la cabecera del templo con la
capilla del Sagrario a la derecha, donde quedan entronizadas las antiguas
imágenes del Santísimo Cristo del Amor acompañado por la Virgen y San Juan.
En
el Presbiterio encontramos un gran retablo pictórico, contratado con el
arquitecto cordobés D. José Rebollo en 1996, siendo párroco D. Antonio Murillo.
Se trata de un óleo sobre tabla donde se plasman, con una estética art nouveau, dos escenas, la inferior
donde están los doce apóstoles con sus atributos, y la superior donde la imagen
central es la Virgen con el niño en un trono, escoltada por los cuatro
evangelistas representados con sus símbolos. Este retablo se apoya sobre una
antigua mesa de altar, procedente del obispado, que hace las veces de banco.
Fue bendecido el 24 de septiembre de 1997.
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